A lo largo de nuestra vida vamos aprendiendo cómo debe ser una relación por lo que vemos en las series de televisión, a través de lo que nos dicen las letras de las canciones…, en las relaciones adultas y por lo que vamos aprendiendo a través de la experiencia personal.
Esto es el proceso de socialización, a través del cual asumimos reglas y normas de comportamiento en base al sexo con el que nacemos en los distintos ámbitos de nuestras vida: familia, escuela y colegas.
Desde antes del nacimiento ya nos va afectando la diferenciación en función del sexo; por ejemplo, a través del color de la ropa (rosa para la niña y azul para el niño), los juguetes que iremos escogiendo… Igualmente, iremos atribuyendo características personales y emocionales, de manera que lo más habitual sea que el chico aprenda a mostrarse como el más fuerte y decidido; mientras que la chica tendrá una idea más romántica del amor, pensando que existe esa persona especial y que la encontrará …
Y todo ello tiene especial relevancia en la adolescencia, etapa en la que surgen las primeras relaciones de pareja, actores sociales, como la presión y la influencia del grupo de colegas que empuja a adolescentes a tener citas. En este sentido, la tendencia es que las chicas se inicien a una edad más temprana que los chicos.
El inicio de estas relaciones puede ayudar a generar un conjunto de habilidades positivas para interactuar con las demás personas y tener relaciones de pareja, que pueden ser positivas:
- Aprender a interactuar con personas del otro sexo.
- Pasar ratos de diversión con personas externas a la pandilla o de otro sexo.
- Experimentar cosas nuevas y conocer el punto de vista de otra persona del sexo contrario.
Por otro lado, cuando el adolescente llega a tener una relación de pareja tiene forjado un conjunto de expectativas y trata de que su comportamiento se ajuste a las exigencias sociales y a la idea que se ha formado sobre lo que es una relación de pareja.
En términos generales, podríamos caracterizar las parejas adolescentes por los siguientes ideales:
- Quieren poseer a su pareja siempre.
- Idealizan a la pareja.
- Buscan suplir carencias con el amor y características de la pareja.
- Son egocentristas, impulsivo/as.
- Quieren la gratificación instantánea.
- Demuestran su afecto con pequeños obsequios, fotografías…
- Personalizan su relación con tonos de móvil, fotos en las redes sociales, en los perfiles de mensajería instantánea…
Así, la adolescencia -etapa de despertar y experimentación en las relaciones afectivas- se constituye como un periodo crucial para educar en valores de igualdad entre mujeres y hombres y prevenir el establecimiento de relaciones de violencia:
- No reproduciendo estereotipos sexistas.
- Rompiendo los mitos del amor romántico.
- Enseñándoles las bases de una relación sana.